Dra. Cara Ocobock

Department of Anthropology, Eck Institute for Global Health, University of Notre Dame

En forma y gordo... ¿Frío? Potenciales impulsores evolutivos y ambientales de la obesidad metabólicamente saludable

La tasa global de obesidad está en aumento, y con ella también aumentan las comorbilidades relacionadas con la obesidad y la mortalidad. Típicamente, la obesidad se define y se sospecha de comorbilidades a través del índice de masa corporal (IMC) de una persona. Desafortunadamente, el IMC no es un indicador consistente de la salud en todas las poblaciones ni siquiera dentro de un mismo individuo. Recientemente, se ha propuesto un fenotipo de obesidad metabólicamente saludable (fenotipo en forma y gordo) que sugiere que las personas pueden tener un exceso de adiposidad corporal y un alto IMC, pero no presentar indicadores de mala salud metabólica. Existe la posibilidad de que habitar en un clima frío pueda complicar aún más la ya tenue relación entre el IMC y la salud cardiometabólica. Las presiones evolutivas y ambientales pueden llevar a tener cuerpos más grandes para conservar el calor sin necesariamente aumentar los riesgos de salud cardiometabólica. Sin embargo, podría existir una discrepancia entre los entornos obesogénicos modernos y el conjunto de características encontradas entre las poblaciones de climas fríos en la actualidad. En esta conferencia hago una revisión de la historia del IMC y por qué es problemático, examino la evidencia detrás del fenotipo de obesidad metabólicamente saludable y luego sugiero que el conjunto común de características anatómicas y fisiológicas entre las poblaciones de climas fríos puede predisponerlas a mostrar este fenotipo de obesidad metabólicamente saludable, es decir, un fenotipo en forma, gordo y de clima frío. También enfatizo la necesidad de explorar más a fondo el potencial de fenotipos de obesidad metabólicamente saludable entre las poblaciones de climas fríos y otras poblaciones para comprender mejor la variación amplia en la salud cardio metabólica.

Fit and fat...cold? Potential Evolutionary and Environmental Drivers of Metabolically Healthy Obesity

The global rate of obesity is on the rise, and with it so are obesity related comorbidities and mortality. Obesity is typically defined, and comorbidities suspected, by one’s body mass index (BMI). Unfortunately, BMI is not a consistent indicator of health across populations or even within individuals. Recently, a metabolically healthy obese phenotype (fit and fat phenotype) has been proposed suggesting individuals can carry extra body adiposity and have a high BMI, but have no indicators of poor metabolic health. There is the potential that inhabiting a cold climate may further complicate the already tenuous link between BMI and cardiometabolic health. Evolutionary and environmental pressures may lead to heat conserving larger bodies without necessarily increasing cardiometabolic health risks. However, there could be a mismatch between modern obesogenic environments and the suite of features found among cold climate populations today. Here I review the history of BMI and why it is problematic, the evidence behind a metabolically healthy obese phenotype, and then suggest that the common suite of anatomical and physiological features among cold climate populations may predispose them to exhibit this metabolically obese phenotype – a fit, fat, and cold phenotype. I also emphasize the need to further explore the potential for metabolically healthy obese phenotypes among cold climate and other populations to better understand broad variation in cardiometabolic health.